“¿Cómo el Ayuno Intermitente puede ayudar a eliminar el Acné?” un asunto que nos interesa a muchos…
Quizás hayas notado que, desde hace un tiempo, el acné dejó de ser un asunto “exclusivo” de los adolescentes; hay muchas personas que ya superando esa edad también lo sufren.
Pensamos en el chocolate, las hormonas, las frituras, la leche, como sus posibles causas; ¿pero será esa realmente la razón de este padecimiento?
Además, el problema del acné no solo se limita a una afección en el rostro o algunas partes del cuerpo, en muchas ocasiones puede afectar la calidad de vida de las personas debido a su impacto en la autoestima que, a su vez, puede derivar en dificultades para establecer vínculos con otras personas, depresión, ansiedad, etc.
Ante tales circunstancias, es importante tratarlo y descubrir su origen, sin tener que limitarnos a probar cientos de cremas, jabones, lociones o lo que puede ser peor, antibióticos y tratamientos más invasivos que no garantizan resultados permanentes y que no siempre son necesarios…
¿Qué es el Acné?
El acné es una enfermedad multifactorial e inflamatoria de los folículos pilosebáceos; en general afecta a la mayoría de las personas en la adolescencia, pero puede suceder que se presente en la etapa adulta, en mayores de 25 años y, en especial, en mujeres.
De acuerdo con investigaciones, los datos epidemiológicos han revelado que, a escala mundial, es la octava enfermedad más frecuente, con un predominio del 9,4%, incluyendo tanto a adultos como a adolescentes de varias etnias. Fuente
El acné se produce cuando los poros de la piel se obstruyen con grasa, piel muerta o bacterias y se terminan generando granitos, espinillas, comedores o pápulas, lesiones inflamatorias en la piel.
Según el grado de las lesiones el acné puede ser leve, moderado o severo.
Factores de riesgo que pueden derivar en acné
Como lo mencionamos antes, el acné es una enfermedad multifactorial, lo que indica que no hay una única causa, sino que puede deberse distintas razones que se dan de forma individual o varias al mismo tiempo. Mencionemos algunas:
Cambios hormonales, pueden tener origen por la pubertad, el embarazo y la perimenopausia o andropausia;
Síndrome de ovario poliquístico (SOP) y otras afecciones endocrinas que producen desajustes hormonales;
Bacterias llamadas Propionibacterium acnés, pueden causar acné cuando están presentes en la piel;
El estrés ocasiona que las glándulas suprarrenales produzcan más cortisol, hormona del estrés, lo que puede derivar en una mayor producción de sebo, que conduzca al acné;
Limpiadores, cremas, humectantes y otros productos de belleza identificados como comedogénicos;
Algunos medicamentos, como ciertos tipos de anticonceptivos hormonales, anticonvulsivos, esteroides, corticoides;
Antecedentes familiares de acné, cuestión genética;
Irritación por contacto, ejemplo casos de maquinitas de afeitar que raspan y provoca inflamación como una respuesta del sistema inmune;
Dormir mal;
Alimentación, varios estudios han evaluado la importancia del índice glucémico de varios alimentos y la carga glucémica en pacientes con acné, lo que demuestra que las personas con acné que consumen dietas con una carga glucémica baja tienen lesiones de acné reducidas en comparación con las personas con dietas con una carga glucémica alta. Fuente
Fumar cigarrillos; al igual que con la comida, se ha demostrado que quienes fuman tienen una piel susceptible al acné;
Acné Adolescente y Acné Adulto
El acné más común o vulgar es el que se da en personas que transitan por los cambios hormonales propios de su etapa adolescente, cuando el acné se concentra en lo que se llama la zona T, que comprende frente, nariz y mentón o barbilla.
Por otro lado, tenemos el acné adulto que, según el momento de aparición, se clasifica en dos subtipos de acné, el persistente y el tardío.
El acné persistente es una continuación o recaída de la enfermedad desde la adolescencia hasta la edad adulta y la mediana edad; mientras que el tipo de inicio tardío afecta a pacientes de 25 años o más que no han sufrido previamente acné vulgar. Ambos subtipos afectan con más frecuencia a las mujeres. Fuente
De acuerdo con un estudio del año 2018, en la mayoría de los casos, el acné es persistente, lo que significa que las lesiones comienzan en la adolescencia y persisten en la vida adulta. Goulden, al evaluar a 200 mujeres adultas con acné, reportaron que solo el 18,4% presentaba un cuadro clínico de aparición tardía, es decir, con más de 25 años; además, se detectó una historia familiar de acné adulto femenino en el 50% de los pacientes.
En el mismo estudio también se habla de que parece haber cierto acuerdo en que, para quienes presentan acné tardío (mayores de 25 años), sería más importante investigar la presencia de enfermedades endocrinológicas casos de (ejemplo hiperandrogenismo) síndrome de ovario poliquístico (SOP).
Otro dato interesante que arroja este estudio revela que en mujeres adultas se observó una correlación positiva entre los niveles de DHT, DHEAS y la gravedad de las lesiones inflamatorias, con los niveles sanguíneos del factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF-1). En un estado hiperinsulinémico, el nivel de IGF-1 aumenta. El IGF-1 parece mediar en factores comedogénicos como los andrógenos, la hormona del crecimiento y los glucocorticoides. Un estudio en humanos mostró que el andrógeno endógeno aumenta los niveles séricos de IGF-1 y que el IGF-1 aumenta los niveles de andrógenos. Por lo tanto, se establece un círculo vicioso que da como resultado una producción continua de sebo.
Sumado a ello, en la investigación se hace referencia a otro estudio en el que, para Goulden, el estrés informado por el 71% de los pacientes es un factor de empeoramiento del acné. La conexión entre el estrés y el empeoramiento del acné se comprende a través de la mayor producción de neuromoduladores, como la sustancia P, que se conecta a los receptores también presentes en la glándula sebácea estimulando la producción de sebo.
Por otro lado, el tabaquismo fue considerado un factor asociado a la persistencia del acné adulto femenino, lo que significa que las mujeres fumadoras presentan mayor frecuencia de la enfermedad, resistencia al tratamiento y mayor cantidad de comedón.
Ayuno Intermitente y Acné
En primer lugar, es necesario mencionar que siempre es adecuado recurrir a un especialista que brinde un diagnóstico e identifique el tipo de acné que padece y sus causas.
Tener conocimiento de los factores que originan el acné se traduce en una mayor probabilidad de encontrar los tratamientos que ayuden a revertir este tipo de afecciones.
Es claro que, si la enfermedad se presenta en adolescentes o embarazadas, las opciones para su tratamiento deberán considerar que es parte del proceso desarrollo que provoca desajustes hormonales, por lo que son temporales y deberían disminuir e incluso desaparecer al finalizar la pubertad y al tiempo después de parir en el segundo caso.
Igualmente, en el embarazo, el tema es más delicado y cualquier tipo de tratamiento, por mínimo que sea, debe ser supervisado por un médico.
Ya hechas las aclaraciones pertinentes, vamos a ver cómo puede ayudar el ayuno intermitente en casos de personas con acné, especialmente aquellas que lo sufren en etapa adulta.
Los principales puntos en los que el ayuno intermitente puede ayudar en tu lucha contra el acné se centran en la regulación de la producción de insulina, el control de la inflamación y la autofagia.
En nuestro post exclusivo sobre la resistencia a la insulina y el ayuno intermitente, abordamos el tema con mayor profundidad, pero de forma simplificada podemos decir que el AI contribuye a que tu organismo regule a la baja la cantidad de azúcar acumulada en el cuerpo y ayuda a que haya un mejor funcionamiento del páncreas, órgano encantado de producir la insulina.
Relacionado con lo anterior, el ayuno intermitente al regular y/o revertir la resistencia a la insulina, puede contrarrestar el acné producido por el síndrome de ovario poliquístico. En ese aspecto, a pesar de no conocer exactamente la etiología del SOP, queda claro que la hiperinsulinemia, resultante de una disminución en la sensibilidad de la insulina debido a fallos en la señal postreceptor, tiene una misión fundamental en el desarrollo del síndrome y probablemente en su origen. Fuente
Sin embargo, el ayuno no hace milagros, deberás también complementar está práctica con una buena alimentación, regulando la cantidad de alimentos procesados y con alta carga glucémica que ingieres diariamente.
En tal sentido, un artículo publicado en la American Academy of Dermatology Association indica que los científicos creen que seguir una dieta de bajo índice glucémico puede reducir el acné porque esta dieta elimina los picos de azúcar en la sangre. Cuando su nivel de azúcar en la sangre aumenta, causa inflamación en todo el cuerpo. Estos picos también hacen que su cuerpo produzca más sebo, una sustancia aceitosa en su piel. Tanto la inflamación como el exceso de sebo pueden provocar acné.
Al igual que con la insulina, el AI puede marcar la diferencia en los niveles de inflamación, el reposo del cuerpo durante las horas de ayuno serán la clave. Más detalles aquí.
En lo que respecta a la autofagia, también sugerimos revisar nuestro post que ahonda en el tema, pero vale destacar que es un proceso de limpieza celular que se activa pasadas las 16 horas sin ingerir alimentos y que permite que las células se renueven comiéndose sus propios desechos, el famoso canibalismo celular.
Dicha limpieza permite al cuerpo no acumular células senescentes (muertas) y mantener una piel en mejor estado, regulando el estrés oxidativo; coherente con ese proceso, al evitar la permanencia de células senescentes, se logra una mejor calidad de los vasos sanguíneos y tejidos que, estando más nutridos e hidratados, serán menos propensos a acumular bacterias y, por ende, se podrá prevenir afecciones de piel como el acné.
Por otro lado, el tema de las hormonas es una cuestión en la que también el ayuno intermitente puede marcar diferencia, en principio la pérdida de grasa que se logra con el AI será importante en la producción de estrógenos, esto es ya que, a mayor grasa, mayor es la cantidad de estrógeno que una persona produce.
Un detalle que considerar con el ayuno y la producción de hormonas es la posibilidad de que ésta se vea afectada por la restricción calórica, generando un desbalance hormonal; para evitar tal situación, el protocolo debe ser adecuado a la persona, considerando su alimentación y el gasto energético que tiene, evitando que la restricción calórica sea excesiva.
Asimismo, el ayuno intermitente puede marcar la diferencia cuando hablamos de calidad de vida, los beneficios del ayuno en la autoestima de las personas, gracias a los resultados positivos en la salud y también en su apariencia física, favorecen la adherencia a las prácticas saludables como un estilo de vida y no solo como una intervención provisoria.
Un detalle antes de finalizar, cuando uno empieza a practicar el ayuno intermitente puede suceder que tengas brotes de acné, ello se debe a la eliminación de toxinas, no te asustes y abandones tu protocolo, ten paciencia que con los días podrás notar el cambio.
Buscar y encontrar la causa del acné y no solo tratar el síntoma, siempre es una buena decisión…
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