Ayuno Intermitente y Células Madre

“Ayuno Intermitente y Células Madre”, un tema del que necesitas interiorizarte…

Desde hace unos años el término células madre empezó a ser familiar, es decir, podemos escucharlo con mayor frecuencia y no necesariamente como un tratamiento para enfermedades específicas.

Tratamientos cosméticos de los más diversos, bancos de células madre, células madre y cordón umbilical, etc., son todos términos relacionados a una finalidad, utilizar esas famosas células madre como una especie de cura para lo que se presente.

Pero qué sabemos de las células madre…

¿Qué son las células madre?

Se dice que las células madre son la materia prima del cuerpo, ya que de ellas se generan todas las demás células con funciones específicas.

Son únicas. Ninguna otra célula del cuerpo tiene la capacidad natural de generar nuevos tipos de células.

Las células tienen diferentes fuentes, ellas son:

Células madre embrionarias, provienen de embriones que tienen de tres a cinco días de vida; en esta etapa un embrión se llama blastocisto y tiene alrededor de 150 células.

Son células pluripotentes o totipotentes, lo que indica su versatilidad que le permite que puedan dividirse en más células madre o puedan convertirse en cualquier tipo de célula del cuerpo; por eso pueden ser útiles para regenerar o reparar tejidos y órganos enfermos.

Células madre adultas, se encuentran en pequeñas cantidades en la mayoría de los tejidos adultos, como la médula ósea o la grasa; en este caso, tienen capacidad más limitada para generar diferentes células del cuerpo.

Células madre perinatales, la encuentras en el líquido amniótico y en la sangre del cordón umbilical y también tienen la capacidad de convertirse en células especializadas.

Usos de células madre

La terapia con células madre se denomina medicina regenerativa y promueve la reparación de tejidos enfermos, disfuncionales o lesionados utilizando células madre.

Un claro ejemplo de ello son los trasplantes de células madre, también conocidos como trasplantes de médula ósea, mediante los cuales las células madre reemplazan a las células dañadas por la enfermedad o la quimioterapia, incluso sirven como una forma en que el sistema inmunológico del donante combate ciertos tipos de cáncer y enfermedades relacionadas con la sangre, como la leucemia, el linfoma, el neuroblastoma y el mieloma múltiple.

Por otro lado, las terapias para otro tipos de enfermedades están en fases tempranas y necesitan algo más de tiempo para asegurar resultados; sin embargo, vale aclarar que los obtenidos hasta el momento son prometedores y se espera grandes avances para la salud.

En relación a lo dicho, hay ciertos aspectos que deben considerarse como,

Las células madre embrionarias humanas se extraen de embriones humanos, lo que desencadena cuestionamientos sobre la ética de la investigación con esas células.

Todavía no se sabe si las células madre adultas puedan ser manipuladas para producir todo tipo de células, como el caso de las embrionarias, lo que limita la forma en que las células madre adultas pueden ser utilizadas para tratar enfermedades.

Las células madre embrionarias o adultas, también pueden desencadenar una respuesta inmunitaria en la que el cuerpo del receptor ataca a las células madre como si fuesen invasores extraños. El riesgo es menor si el donante es el mismo receptor.

Las células madre embrionarias serán útiles en las personas si los investigadores pueden garantizar que las células madre se diferenciarán en los tipos específicos de células deseadas.

Igualmente hay preocupaciones de seguridad para los tratamientos con células madre cuya eficacia no está comprobada, esto debido a qué pueden generar reacciones en el lugar de administración, que las células no funcionen como se esperaba, etc.

Además, puede suceder que no pueda controlarse la capacidad de las células de desplazarse desde el lugar en el que fueron colocadas o que suceda su multiplicación o transformación en tipos de células inapropiados.

Ojo con las píldoras de “células madre”, no son células madre vivas y por lo general provienen de animales, se sugiere investigar si tienen aval científico.

Células Madre y Ayuno Intermitente

La utilización de las células madre es un gran avance ya que se aprovecha los mecanismos naturales de renovación celular para reparar los tejidos dañados.

¿Pero qué pasa con nuestras propias células madre? ¿Nos podemos auto renovar?

Hay muchos estudios que afirman que una disminución de las células madre es signo de envejecimiento, actuando como una especie de reloj biológico.

Otro dato revela que a partir de los 25 años aproximadamente, se considera que perdemos más cantidad de células madre y a una velocidad mayor, esto se entiende ya que el cuerpo tiene mayor gasto de las mismas en función a las reparaciones que deberán hacer.

“La persistencia de por vida de las células madre en el cuerpo las hace particularmente susceptibles a la acumulación de daño celular, que en última instancia puede conducir a la muerte celular, la senescencia o la pérdida de la función regenerativa. De hecho, se ha descubierto que las células madre en muchos tejidos experimentan cambios profundos con la edad, exhibiendo una respuesta embotada a la lesión tisular, desregulación de las actividades proliferativas y disminución de las capacidades funcionales. Estos cambios se traducen en una reducción de la eficacia del reemplazo celular y la regeneración de tejidos en organismos envejecidos.” (Fuente)

Bien sabemos que a medida que pasan los años y envejecemos, el cuerpo es más propenso a enfermarse, pero si disponemos de una mayor cantidad de células madre, con capacidad de regenerar, la velocidad a la que el cuerpo envejece, disminuye. (Fuente)

La práctica del ayuno intermitente comienza siendo positiva considerando que promueve el proceso de autofagia, algo que se logra a partir de las 16 horas de ayuno y que consiste en la limpieza celular.

A partir de la autofagia se puede hablar de un gran avance en contra del envejecimiento de las células y la aparición y presencia en el tiempo de células senescentes, es decir aquellas que no sirven pero que ocupan lugar.

Por otro lado, la importancia de la alimentación es clave para cuidar nuestras células madre ya que las mismas necesitan un ambiente óptimo para funcionar eficientemente. Hay factores que favorecen ese buen ambiente para las células madre y otros que por el contrario afectan su existencia y funcionamiento.

Por ejemplo, los altos niveles de triglicéridos en sangre o alta variabilidad de azúcar en sangre por el consumo de excesos de azúcar y carbohidratos, va a disminuir la cantidad de células madre y su funcionalidad más rápidamente.

En ese aspecto el AI también actúa de forma eficiente como una forma de controlar la glucosa en sangre; al respecto el estudio afirma “Anteriormente se demostró que la ingesta de calorías afecta el equilibrio de la autorrenovación y la diferenciación de las células madre, lo cual es importante para el mantenimiento somático y la supervivencia a largo plazo”. (Fuente)

Aún más importante que los aspectos anteriores es el hecho de que en los estudios se comprobó que “los ciclos de ayuno o FMD y la realimentación promueven la activación de las células madre hematopoyéticas y la regeneración de las células inmunitarias”. (Fuente)

Así es como el Ayuno Intermitente, ayuda a la formación de células madre gracias a que promueve la reducción de la IGF1, una hormona de crecimiento; esto sucede a partir de las 22 horas de ayuno, por lo que necesitas practicar un ayuno OMAD (de una comida al día).

Y no podemos dejar de mencionar los efectos del ayuno intermitente en la prevención de enfermedades y otros deterioros producto del envejecimiento, que pueden derivar en el envejecimiento y deterioro de las células madres. (Fuente)

Otras formas de aumentar la cantidad de células madre

Extracto del fruto del café, tiene muchos antioxidantes, tiene capacidad de aumentar células madre pluripotenciales, es decir aquellas que pueden transformarse en cualquier tejido.

Algas, tienen muchos nutrientes, ejemplo chlorella, que tiene capacidad de movilizar las células madre, muy importante para que se logre la reparación.

Aloe vera, regula la glucemia y aumenta la movilización de células madre.

Calostro, puede ser de cabra por ejemplo.

Moringa, aumenta el mismo tipo de células madre que el calostro e induce la transformación de esas células madre en células del cerebro. (Fuente)

Conclusión

El avance de los estudios de células madre es a pasos agigantados y demuestra que hay muchas personas con condiciones o enfermedades que podrán beneficiarse de la terapia con células madre, entre ellas las que padecen: artritis, osteoartritis, dolor articular generalizado, daño o disfunción de los tejidos blandos, daño o disfunción esquelética, lesiones de la médula espinal, diabetes tipo 1, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer, enfermedad cardiovascular, daño o disfunción de los vasos sanguíneos, ciertos tipos de cánceres.

Pero por el momento, todos los estudios están en fase de investigación y habrá que esperar los prometedores resultados.


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