Estilo de Vida Antiinflamatorio y Longevidad van de la mano

“Estilo de Vida Antiinflamatorio y Longevidad van de la mano”, hablar de inflamación no siempre es un tema tan atractivo, en el sentido de que se lo considere lo suficientemente importante como para preocuparnos en prevenirlo.

No obstante, su presencia es bastante más habitual de lo que creemos y se relaciona directamente con los hábitos alimenticios, las lesiones, varios tipos de enfermedades, desde diabetes tipo 2, pasando por la enfermedad cardiovascular, acné, problemas respiratorios como asma o alergias, problemas neurológicos, Alzheimer, incluso el COVID, entre otras patologías de lo más variadas.

¿Sabías que todas las enfermedades cuyo nombre terminan en el sufijo “itis” tienen base inflamatoria?

Todo esto te da una idea de lo necesario que es conocer sobre la inflamación y lo importante que es evitar que se vuelva crónica.

¿Qué es y por qué se produce la Inflamación?

La inflamación es una respuesta del organismo a diferentes agresiones endógenas o exógenas; según el tiempo de evolución puede clasificarse como aguda o crónica.

Cuando hablamos de inflamación aguda, es la que comienza en minutos u horas y participan mecanismos de respuesta inmune innata que generan la inflamación y que activan la inmunidad adquirida, que genera anticuerpos; puede ser resolutiva, eliminando el germen, o avanzar a una sepsis o Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica causado por la infección.

Por otro lado tenemos la inflamación crónica, ocurre en días, semanas y hasta meses cuando no se ha eliminado la noxa (factor que perjudica al organismo). Los mecanismos de respuesta innata participan, pero es la adquirida la que mantiene el proceso en el tiempo y causa daño tisular (en los tejidos).

La inflamación se caracteriza por signos clínicos como rubor, calor, dolor, tumor e impotencia funcional, todas manifestaciones causadas por la acumulación de leucocitos, proteínas plasmáticas y derivados de la sangre hacia sitios de los tejidos extravasculares donde existe una infección o lesión, provocada o no por agentes patógenos.

El objetivo de toda respuesta inflamatoria es facilitar la reparación y adaptación de los tejidos a diferentes situaciones. Fuente 

Coherente con lo dicho, no siempre la inflamación es mala, es una respuesta inmunológica natural de tu cuerpo, se encarga de mantener la homeostasis del organismo ante distintas agresiones y es un intento de protección para eliminar estímulos dañinos e iniciar la cicatrización tisular. Ante su ausencia, las lesiones e infecciones no mejoran y pueden comprometer la vida de la persona.

Sin embargo, la inflamación puede ser contraproducente en caso de que perdure en el tiempo.

La clave no es eliminarla por completo, el hecho aquí es aprender a regularla.

Inflamación Crónica, factores de riesgo y enfermedades que origina

Las enfermedades inflamatorias crónicas son la causa más importante de muerte en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica las enfermedades crónicas como la mayor amenaza para la salud humana. Fuente

Tal revelación exige tomar medidas preventivas urgentes y para ello es buena idea conocer los factores de riesgo; un estudio reconoce como tales a:

Edad:

El aumento de la edad se correlaciona positivamente con niveles elevados de varias moléculas inflamatorias que puede deberse a una disfunción mitocondrial o a la acumulación de radicales libres y un aumento de la grasa corporal visceral.

Obesidad:

Hay investigaciones que demuestran que el índice de masa corporal de un individuo es proporcional a la cantidad de citoquinas proinflamatorias secretadas, el síndrome metabólico es un ejemplo.

Alimentación:

Una dieta rica en grasas saturadas, grasas trans y/o azúcar refinada se asocia con una mayor producción de moléculas proinflamatorias, especialmente en personas con diabetes o con sobrepeso.

Fumar:

Fumar cigarrillos está asociado con la disminución de la producción de moléculas antiinflamatorias y la inducción de inflamación.

Hormonas sexuales bajas:

Las hormonas sexuales como la testosterona y el estrógeno pueden suprimir la producción y secreción de varios marcadores proinflamatorios; se ha observado que mantener los niveles de hormonas sexuales reduce el riesgo de varias enfermedades inflamatorias.

Estrés y trastornos del sueño:

Estrés físico y emocional están asociados con la liberación de citocinas inflamatorias. El estrés también puede causar trastornos del sueño.

Las personas con horarios de sueño irregulares tienen más probabilidades de tener inflamación crónica que los que duermen constantemente, esto está relacionado con la producción de melatonina (que se produce en mayor cantidad en las noches) que regula el ritmo circadiano, es antiinflamatoria, inmunomoduladora y antioxidante, además, permite mejoras en procesos neurológicos como el aprendizaje y la memoria, equilibra la conducta y se supone es anticancerígena. Su síntesis depende en gran medida de los ciclos de luz y oscuridad. En modelos animales y en estudios con pacientes se ha visto que niveles alterados de esta neurohormona incrementa el riesgo de cáncer y trastornos de la fertilidad, por predominio de manifestaciones inflamatorias mal controladas. Fuente

Tener presente estos factores de riesgo es clave ya que no existen estudios que detecten de forma efectiva y rápida la inflamación crónica; por lo general se la detecta cuando se identifica alguna enfermedad asociada.

Para dar una idea de las enfermedades que se relacionan con la inflamación podemos hacer mención a algunas de ellas como enfermedad cardiovascular, artritis reumatoide, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la enfermedad inflamatoria intestinal, síndrome metabólico, en las afecciones psicóticas como la esquizofrenia se implican mecanismos inmunológicos inflamatorios, los procesos neurodegenerativos inflamatorios se asocian a Esclerosis Lateral Amiotrófica, Esclerosis Múltiple y el Alzheimer, Parkinson, etc.

Sumado a ello, la evidencia acumulada demuestra que la inflamación crónica sistémica de bajo grado juega un papel importante en la regulación de enfermedades relacionadas con la edad, como la demencia, la obesidad, la diabetes tipo 2, la aterosclerosis, la osteoporosis, etc. Fuente

Inflamación y Ayuno Intermitente

Hablar de ayuno trae aparejado muchos beneficios y entre ellos, su acción reguladora de la inflamación es de las más favorables y destacadas para la salud.

Un estudio ha reconocido que de una manera u otra casi todas las células del organismo intervienen en el desarrollo, modulación o regulación de la inflamación.

Asimismo, otra investigación observa que las células senescentes se acumulan con la edad, se encuentran en mayor número en sitios de patologías asociadas con el envejecimiento y secretan una serie de factores inflamatorios…

Aquí es claro el aporte del ayuno intermitente, su práctica contribuye al mantenimiento de células en buenas condiciones gracias a la limpieza celular de la autofagia, proceso mediante el cual se eliminan células senescentes y desechos que perjudican el funcionamiento de estas.

Otro aspecto muy interesante es lo beneficioso que puede resultar el ayuno intermitente para el sistema inmunológico, principalmente disminuyendo la inmunosenescencia o velocidad de envejecimiento del sistema inmune, tema que abordamos en un post anterior.

En relación con ello, también debemos considerar la interacción positiva del AI con la Microbiota, previniendo casos de permeabilidad intestinal.

Recordemos que el intestino es la primera barrera del SI, y en caso de permeabilidad, exige al SI que esté funcionando de forma constante debido al ingreso de toxinas y otros elementos al torrente sanguíneo que lo obligan a actuar y, por ende, la presencia de inflamación es inevitable.

Dicha situación puede generar un gasto excesivo de energía que requiere el SI para defender el organismo y por otro puede derivar en una falla del SI que provoque que no pueda identificar cuando hay un agente dañino y cuando no, pudiendo incluso atacar al propio organismo como sucede con enfermedades autoinmunes.

Aquí el AI será una buena herramienta para dar un descanso al cuerpo permitiendo que repare las barreras de defensa del SI, además de que contribuirá al ahorro de energía en los periodos sin ingesta ya que el organismo va a estar en reposo.

Por otro lado, en un estudio realizado en personas que realizan ayuno de Ramadán se observó que los períodos de ayuno pueden limitar la inflamación, atenuar las citocinas proinflamatorias y las células inmunitarias, mejorar la glucosa circulante y los niveles de lípidos y reducir la presión arterial. Además de eso, los estudios realizados en animales y humanos han sugerido que se altera la selección de combustible y se mejora la eficiencia del metabolismo mientras se reduce el estrés oxidativo.

Una vez más, aunque no sea una práctica de AI rigurosa, los resultados demuestran que en condiciones de ayuno hay varios impactos positivos en la salud.

Completan la lista de impactos positivos del AI frente a la inflamación, los beneficios del AI comprobados científicamente, los efectos en el ritmo circadiano y la calidad del sueño, su impacto en la grasa visceral, etc.

Por último, antes de finalizar este post “Estilo de Vida Antiinflamatorio y Longevidad van de la mano”, no olvides que el AI debe realizarse con un sistema adecuado y personalizado y también deberá complementarse con una buena alimentación. Consumir alimentos antiinflamatorios puede ser de gran ayuda, entre ellos cerezas, frutos secos, crucíferas como el brócoli, sumar probióticos que contribuyen con la diversidad bacteriana y una mejor flora intestinal y por ende favorecen un sistema inmunológico menos reactivo, pescado azul y alimentos con Omega 3, que equilibran ratio con Omega 6 inflamatorio, etc.


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