¿El Ayuno Intermitente varía si eres mujer u hombre? ¿Y qué pasa con la edad?

“¿El Ayuno Intermitente varía si eres mujer u hombre? ¿Y qué pasa con la edad?” dos preguntas interesantes para entender el Ayuno Intermitente.

En líneas generales podemos afirmar que la alimentación en hombres y mujeres no siempre es la misma; usualmente, los primeros comen una mayor cantidad de calorías, por lo que las dietas (entendida como cantidad de alimentos del día, no como restricción alimentaria) no siempre son iguales.

Bajo esa idea, surge la pregunta ¿El ayuno intermitente es lo mismo en hombres que en mujeres?

Por otro lado, ya sabemos que hay ciertas personas para quienes no es recomendado poner en práctica protocolos de ayuno, hay ciertos límites, uno puede ser la edad (caso de niños, por ejemplo), pero, ¿las prácticas de ayuno intermitente se ven influenciadas por la edad?

Vamos a intentar establecer algunas pautas útiles que den luz a estos interrogantes…

Ayuno intermitente en mujeres y hombres

La primera idea que tenemos que tener presente es que siempre el protocolo de ayuno es personal, cada individuo deberá seguir un protocolo que se adapte a sus necesidades, cada cuerpo es diferente y necesita un tipo de ayuno intermitente hecho a su medida.

Por ese motivo, siempre te mencionamos la importancia de contar con una persona especializada en AI que pueda orientar la práctica.

Adentrándonos en el tema que motiva este post, es válido aclarar que no hay una diferencia en la práctica de ayuno intermitente entre un hombre y una mujer, esto hablando en términos generales. Tanto mujeres como hombres, pueden disfrutar de los muchos beneficios del ayuno intermitente y, en ambos casos, pueden producirse o no, efectos secundarios propios del ayuno que se moderan con el tiempo y con un protocolo adecuado.

No obstante, hay ciertas particularidades en la mujer que deben considerarse al practicar AI, esto se debe a las hormonas.

Ayuno intermitente en Mujeres

Combinar ayuno intermitente con determinado tipo de alimentación puede generar déficit calórico (casos en lo que se produce pérdida de peso), esa situación puede tener efectos diferentes en hombres como en mujeres.

Cuando eres mujer, puede suceder que una restricción calórica producto del AI, de una dieta o de una mala alimentación, influya por ejemplo en el ciclo menstrual, lo que te da una idea de que el ayuno puede, de alguna manera, impactar en tus hormonas…

La respuesta del cuerpo ante un déficit calórico elevado y/o prolongado, es suprimir la función reproductiva o fertilidad (que es una función “secundaria”) y priorizar su función para la supervivencia, es decir, ahorrar energía.

Una de las explicaciones es el efecto estresor del AI que afecta negativamente el equilibrio hormonal impactando en el sistema reproductivo femenino de algunas personas; aumento de cortisol por el estrés, implica baja de progesterona (hormona relacionada con fertilidad).

Además, el impacto posterior de estos cambios hormonales podría ser la disminución de la producción de estrógeno, hormona que protege la salud del corazón y cerebro, influye en el estado de ánimo, los patrones de sueño, el metabolismo, la grasa corporal y la sensibilidad a la insulina. Si hay interrupciones en el equilibrio de estrógeno, ya sea por exceso o carencia, pueden afectar significativamente su salud.

Para un cuerpo sano es necesario un equilibrio entre hormonas, el balance entre niveles de progesterona y su relación con los niveles de estrógenos es uno de los más importantes.

Considerando lo anterior, no hablamos de dejar de lado la práctica del ayuno, sino que es necesario seguir un protocolo adecuado para evitar producir efectos no deseados y concentrarse en potenciar sus beneficios.

Algunas de las estrategias pueden ser acortar las horas de ayuno o incluso si practicas un 16:8, puedes tomar colágeno o MTC (que lleva mensaje al cuerpo de que si dispone de alimentos, sin tener que consumir carbos) u otras alternativas que dependerán de cada persona y pueden contribuir a una adaptación progresiva al ayuno sin efectos secundarios como el estrés.

Otro dato interesante revela que se ha demostrado que el ayuno intermitente (sin restricción calórica extrema y de alrededor 12 o 14 horas) combinado con una dieta cetogénica, contribuye a mejorar la regularidad de los ciclos menstruales gracias a los beneficios metabólicos de esas prácticas. Pérdida de peso, menor inflamación, son parte de los efectos que pueden ser muy positivos para ello; aunque no siempre, dependerá de la persona.

Esto se relaciona con que el tejido adiposo es un tejido vivo, en el que se pueden producir ciertas acciones como es el caso de producir hormonas sexuales. Ejemplo, a mayor grasa, mayor es la cantidad de estrógeno que una persona produce.

Igualmente, aquí retomamos la necesidad de personalizar el protocolo de ayuno, no es lo mismo una mujer que tiene un ciclo menstrual corto que una mujer con ciclo largo y pérdida abundante de sangre, para un caso el ayuno puede estar bien y para otro no ser recomendado, al menos durante los días que dure su regla.

Por otro lado, el ayuno tiene el beneficio de disminuir la inflamación, motivo por el cual se puede contrarrestar los dolores en la etapa de menstruación, además de ayudar frente a condiciones como el síndrome premenstrual.

Especial atención tiene el síndrome premenstrual o síndrome de ovario poliquístico, condición que puede estar relacionada con casos de obesidad, casos de resistencia a la insulina, dos patologías en las que el AI puede ser de gran ayuda para revertirlas.

La manifestación clínica del SOP varía desde un trastorno menstrual leve hasta un trastorno grave de las funciones reproductivas y metabólicas. Un estudio reciente realizado en mujeres con SOP reveló que el ayuno puede reducir la hiperactividad simpática crónica en SOP. Esto, a su vez, reducirá los niveles de neurohormonas del estrés y garantizará la salud física y mental. (Fuente)

Igualmente, el AI, con el tiempo, ayuda a tener un mayor autocontrol de la ansiedad, esto es en la medida en que aprendemos a comer y regular nuestros horarios de alimentación, lo cual impacta positivamente en los niveles de ansiedad de las mujeres, más aún cuando tienen la regla.

Es importante estar conscientes de que el ayuno intermitente es un estilo de vida, no una dieta; una práctica adecuada deberá identificarse de forma gradual, descubriendo el protocolo adecuado, combinado con una alimentación adecuada y un patrón de ejercicio adecuado que puede alterarse en función a la realidad de quien lo practica.

Una última aclaración, para las mujeres con bajo peso y/o bajo niveles de grasa corporal, no es recomendado hacer ayunos ya que puede generar efectos contraproducentes como amenorrea o interrupción del ciclo menstrual e incluso puede comprometer la fertilidad.

¿Qué pasa con el ayuno intermitente y la edad?

Cómo ya hablamos en uno de nuestro post, el ayuno tiene efectos muy positivos para prevenir enfermedades y por lo tanto impactar de buena forma en la calidad de vida de las personas de edad avanzada, sin que haya una diferencia entre hombres y mujeres.

El aumento de la producción de hormona del crecimiento (que se ve disminuida con la edad) gracias al ayuno, es otro efecto positivo ya que colabora en la salud ósea, muy importante para los adultos mayores.

No hay límites para obtener los beneficios del AI, la edad tampoco interfiere para su goce.

Pero, como en el caso anterior, pueden presentarse circunstancias especiales para las mujeres y los cambios endocrinos que se presentan con la edad.

En tal sentido, el cambio de la premenopausia a la posmenopausia está asociado con la aparición de muchas características del síndrome metabólico, que incluyen aumento de la grasa corporal central (intraabdominal); un cambio hacia un perfil de lípidos más aterogénico, con niveles elevados de lipoproteínas de baja densidad (LDL) y triglicéridos, lipoproteínas de alta densidad (HDL) reducidas y partículas de LDL pequeñas y densas; y aumento de los niveles de glucosa e insulina.

Frente a ello, el ayuno intermitente (AI) ha evolucionado como una herramienta potencial para corregir las anomalías metabólicas según lo informado en varios estudios experimentales. (Fuente)

De igual manera, con la menopausia, el estrógeno y la progesterona son dos de las hormonas que más disminuyen, pero esa disminución puede ser progresiva o muy rápida, ocasionando, en este último caso, alteraciones como los calores, insomnio, bajo deseo sexual, etc. De igual manera, dicha disminución puede impactar en el envejecimiento del tejido óseo.

También la testosterona sufre una caída abrupta durante la perimenopausia y la andropausia (hombres), lo que causa  perdida de masa muscular, menos nivel de energía, etc.

Aquí es donde el ayuno intermitente puede contribuir a que esa disminución de hormonas sea progresiva; piensa en beneficios como regular el peso corporal, mayor claridad mental, menor resistencia a la insulina, disminución de inflamación, etc., que pueden influir favorablemente en el funcionamiento de tu cuerpo frente al paso de los años.

Detalles para finalizar

Basándonos en lo mencionado, notamos que es necesario reforzar la idea de que el ayuno intermitente se debe practicar con un protocolo individualizado, más aún si eres mujer.

La combinación de un buen sistema de AI con una alimentación adecuada, además de hábitos saludables como ejercicio regular, tendrá efectos positivos en la calidad de vida de quienes lo practican.


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