¿El Ayuno Intermitente es malo para la Tiroides?

Muchas veces se cree que hablar de ayuno intermitente y tiroides son temas antagónicos o incompatibles, debido a los posibles efectos de la no ingesta de alimentos en la producción de hormonas, pero “¿El Ayuno Intermitente es malo para la Tiroides?”.

La cantidad de estudios que pueden confirmar si el ayuno intermitente es bueno o malo para la tiroides es muy escasa, por lo que no hay evidencia científica suficiente para tomar decisiones acertadas y definitivas frente a la presencia de problemas con la tiroides.

Igualmente, se deben considerar la multiplicidad de casos que pueden producirse según el tipo de problema de tiroides que pueda presentarse, el estilo de vida de la persona (tipo de alimentación, nivel de estrés, práctica de ejercicio, etc.), el protocolo de ayuno que desee implementar, entre otros factores que pueden interferir para bien o mal en la salud de la tiroides.

A continuación, vamos a conocer un poco más del tema y descubrir los pro y contras de ayunar para la tiroides.

¿Qué es y cómo funciona la Tiroides?

La tiroides es una glándula con forma de mariposa ubicada en la parte de adelante del cuello, debajo de la laringe.

Este órgano tiene la tarea de controlar el metabolismo, entendido como el proceso que el cuerpo realiza para transformar los alimentos en energía y poder funcionar; por eso se reconoce a la tiroides como la generadora de energía del cuerpo.

Las hormonas tiroideas afectan a casi todos los órganos del cuerpo y controlan gran parte de las funciones más importantes, si no hay suficientes hormonas tiroideas, las funciones del cuerpo se vuelven más lentas.

Afecta, por ejemplo, la frecuencia cardíaca, el peso, digestión, estados de ánimo, respiración, etc.

La tiroides para controlar el metabolismo crea las hormonas T4 o tiroxina y T3 o triyodotironina, encargadas de regular el uso de energía por parte de las células del cuerpo; además controlan la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca.

La T4 va a necesitar de una enzima que produce el cuerpo para convertirse en T3, para ello necesita un buen consumo de selenio, un micronutriente necesario para la producción de dicha enzima.

La cantidad de hormonas tiroideas en el torrente sanguíneo está controlada por la glándula pituitaria, quien detecta si hay falta o exceso de hormona tiroidea y ajusta su propia hormona (hormona estimulante de la tiroides o TSH) y la envía a la tiroides para equilibrar las cantidades.

Si la cantidad de hormonas tiroideas que se produce es alta se llama hipertiroidismo, por el contrario, si la cantidad es baja, se reconoce como hipotiroidismo. Los síntomas que provoca cada tipo de desorden, en su mayoría, son opuestos. Por ejemplo, el hipertiroidismo acelera el metabolismo y le cuesta mucho lidiar con el calor; si tiene hipotiroidismo, su metabolismo se ralentiza y puede sufrir mucho el frío.

Hipotiroidismo

El hipotiroidismo es una afección en la que la tiroides no crea ni libera suficiente hormona tiroidea en el torrente sanguíneo provocando que el metabolismo se ralentice, lo que tiene impacto en todo el cuerpo.

Es una condición más común entre mujeres, quienes tienen más probabilidades de desarrollar hipotiroidismo después de los 60 años o pasando la menopausia.

El origen del hipotiroidismo puede ser por una causa principal, que afecta directamente a la tiroides, la más común de ellas es una condición autoinmune llamada enfermedad de Hashimoto. Es hereditaria y se produce cuando el sistema inmunológico del cuerpo ataca y daña la tiroides, interrumpiendo la producción y liberación normal de hormona tiroidea.

Otras causas principales de hipotiroidismo pueden ser tiroiditis o inflamación de la tiroides, tratamiento del hipertiroidismo (radiación y extirpación quirúrgica de la tiroides) o deficiencia de yodo (mineral que utiliza la tiroides para producir hormonas).

Por otro lado, tenemos el hipotiroidismo provocado por una causa secundaria, algo que hace que la glándula pituitaria falle, lo que deriva en que no se pueda enviar la hormona estimulante de la tiroides (TSH) a la tiroides para equilibrar las hormonas tiroideas.

Las primeras causas son inmunológicas y la última es causa hormonal.

Síntomas

Los síntomas del hipotiroidismo se desarrollan con el tiempo y pueden ser: sensación de cansancio o fatiga, entumecimiento y hormigueo en las manos, estreñimiento, subir de peso, dolor en todo el cuerpo o debilidad muscular, niveles de colesterol en la sangre más altos de lo normal, sentirse deprimido, dificultad para tolerar las temperaturas frías, tener piel y cabello secos y ásperos, disminución del interés sexual, períodos menstruales frecuentes y abundantes, cambios físicos en la cara (incluidos párpados caídos, hinchazón en los ojos y la cara), sentirse más olvidadizo, “niebla mental”.

Como podemos ver, varios de los síntomas no son exclusivos de esta enfermedad por lo que no es fácil identificarla con solo detectar la presencia de estos. En caso de detectar uno o varios síntomas de los mencionados, deberá acudir a su médico quien pedirá estudios de sangre para identificar cualquier condición.

El hipotiroidismo es una enfermedad que se puede manejar si se detecta a tiempo y se aplica el tratamiento adecuado.

Hipertiroidismo

Esta enfermedad se hace presente cuando la toroides produce tiroxina (T4) de forma excesiva. Esto puede ocurrir por varias razones, una de ellas y la más común es la Enfermedad de Graves, un trastorno autoinmune en el cual los anticuerpos del sistema inmunitario estimulan la tiroides para producir demasiada T4.

Otra de las causas puede ser nódulos hiperactivos en la tiroides (adenoma tóxico o enfermedad de Plummer), un adenoma es una parte de la glándula que se ha reforzado por separado del resto de la glándula, formando protuberancias no cancerosas que pueden generar un agrandamiento de la glándula y producir demás T4.

Asimismo, la tiroiditis o inflamación de la tiroides que puede suceder después del embarazo, debido a una enfermedad autoinmune o por razones desconocidas, puede generar un exceso en el almacenamiento de la hormona tiroidea que luego entra al torrente sanguíneo y provoca el desbalance.

Síntomas

Los síntomas del hipertiroidismo son: pérdida de peso involuntaria, aunque no tenga problemas de apetito y el consumo de alimentos permanezca igual; aumento de latidos (taquicardia) con frecuencia de más de 100 latidos por minuto; sensación de golpes en el pecho (palpitaciones); sensación de nerviosismo, ansiedad e irritabilidad; temblores en las manos y los dedos; sudoración; cambios en la menstruación, aumento de la sensibilidad al calor; mayor frecuencia en las defecaciones; glándula tiroides agrandada (bocio); fatiga y debilidad muscular; dificultad para dormir; cabello fino o frágil.

Al igual que en el hipotiroidismo, muchos de los síntomas no son propios de la enfermedad, por lo que la presencia de varios de ellos amerita una visita a un especialista para evaluar su posible presencia.

Ayuno Intermitente y Tiroides

Considerando lo mencionado al inicio de este post respecto al rol de la tiroides como reguladora del metabolismo, la interacción con el ayuno intermitente, una práctica que también influye en la función metabólica del cuerpo, es muy interesante.

La razón por la que muchas veces se asocia al AI con un impacto negativo en la tiroides radica en que, en los periodos de no ingesta de alimentos, se está dando la señal a la tiroides de que se está atravesado por momentos de escasez; la reacción de la tiroides frente a esa situación es regular a la baja su función y disminuir la tasa metabólica para preservar energía y los nutrientes.

Esto implica que, ante el ayuno, baja la producción de T3, la más importante de las hormonas tiroideas. Además, el ayuno disminuye mínimamente la conversión de T4 en T3.

La evidencia científica obtenida a partir de un estudio realizado en 1988 a un grupo de hombres que realizan ayunos de Ramadán reveló que este tipo de “ayuno intermitente” (que varía entre 11 y 18 horas) no alteró los índices estándar de la función tiroidea ya que no hubo cambios significativos en los resultados de las pruebas de función tiroidea realizadas antes y al final del Ramadán.

“Los pacientes con síntomas leves a moderados de hipertiroidismo pueden ayunar de forma segura”, es parte de la conclusión de un estudio del 2012.

Otra investigación realizada en 2015 confirma lo anterior indicando que “no se encontraron alteraciones significativas en las concentraciones séricas de T4, T3, TSH y la respuesta de TSH a la estimulación con TRH en hombres musulmanes en ayunas. Las concentraciones séricas de T4 y T3 pueden disminuir en los últimos días del Ramadán, en mujeres; sin embargo, la disminución se debe principalmente a alteraciones en la unión a proteínas, ya que los índices de tiroides libre permanecen sin cambios”.

En el año 2020 nuevamente se realizan informes a partir de un estudio en el que se afirma “Aunque la TSH aumentó en los pacientes que ayunaron durante el Ramadán, la diferencia no fue significativa. Además, la TSH disminuyó en aproximadamente un tercio de los pacientes, lo que sugiere que cada paciente debe ser evaluado individualmente y seguido de cerca durante y después de este período. El uso de levotiroxina por la noche o antes de la sesión no produjo ningún cambio significativo en la TSH”.

Según el mismo estudio el ayuno facilita la absorción de Levotiroxina, esto también se debe considerar a la hora de seguir un protocolo de ayuno.

Ante lo mencionado también se deberá considerar de que no estamos ante la práctica de un AI propiamente dicho, esto es ya que se limita a un período de tiempo determinado y bajo ciertas reglas, por ejemplo, la ventana de ayuno se realiza durante el día, tiempo en el que no comen ni beben nada, lo que relativiza las conclusiones obtenidas.

Merece especial atención la individualización de cada caso en particular ya que hasta ahora no se puede generalizar el efecto del ayuno intermitente en la tiroides, dependerá del individuo, la forma en que va a comportarse la tiroides (con producción de T3 y T4) y la TSH ante el protocolo de ayuno elegido.

Otro detalle interesante es distinguir entre el ayuno intermitente y el ayuno prolongado, este último puede que no sea una buena práctica si la idea es no afectar la tiroides. En tal sentido se deberá tener presente que un ayuno combinado con una alta restricción calórica puede afectar la producción de T3 y T4, además de afectar la conversión. Lo mismo puede suceder si hay una alta restricción de carbohidratos, que también produce esa alerta que inhibe la producción de hormonas tiroideas, por ejemplo, en casos de dieta cetogénica.

Por otro lado, podemos hablar de una de las contribuciones importantes que puede hacer el ayuno intermitente, la prevención de los problemas inmunológicos que pueden derivar en hipotiroidismo de Hashimoto, una condición en la cual el sistema inmunológico genera anticuerpos que atacan a la tiroides ya que la ve como un agente dañino para el organismo.

Esa falla del SI puede detectarse mucho antes de que comiencen los síntomas que permiten identificar al hipotiroidismo, algo muy positivo que podría prevenir la aparición de la enfermedad si se actúa para corregir los problemas en el SI y disminuir la producción de anticuerpos que atacan la tiroides.

Igualmente, es importante tener un buen sistema inmunológico para prevenir casos de hipertiroidismo, especialmente cuando hablamos de la enfermedad de Graves Basedow, la causa más común de este problema de tiroides que se produce cuando hay una respuesta anormal del sistema inmunitario que lleva a la glándula tiroides a producir demasiada hormona tiroidea.

Sumamos a este análisis al sistema digestivo, importante a la hora de hacer apreciaciones respecto al sistema inmunológico, ya que, si nuestro sistema digestivo se encuentra afectado por la permeabilidad intestinal, produce desajustes en el funcionamiento eficiente del SI provocando que, este último, reaccione constantemente percibiendo a todo como amenaza, generando inflamación.

Aquí va a ser muy importante controlar nuestra flora bacteriana y para ello el ayuno intermitente es de mucha utilidad, contribuyendo en la prevención del desarrollo de enfermedades autoinmunes. Puedes revisar el post especial aquí.

Si el problema de tiroides encuentra como causa una cuestión hormonal, el hacer un protocolo de ayuno intermitente adecuado puede ayudar a equilibrar ciertas hormonas que pueden ser inhibidores de las hormonas tiroideas cómo por ejemplo el cortisol.

Aquí es necesario tener especial cuidado al iniciar las prácticas de ayuno intermitente, evitando someterse a situaciones de estrés y siendo flexibles con el tipo de protocolo a seguir y la forma, es mejor ir incorporándolo progresivamente sin que genere estados de ansiedad o estrés.

Otro dato interesante es que las hormonas tiroideas tienen un efecto significativo sobre el metabolismo de la glucosa y el desarrollo de resistencia a la insulina. En el hipertiroidismo, la alteración de la tolerancia a la glucosa puede ser el resultado principalmente de la resistencia a la insulina hepática, mientras que en el hipotiroidismo los datos disponibles sugieren que prevalece la resistencia a la insulina de los tejidos periféricos. Fuente 

En ese aspecto, la practica de un protocolo de ayuno intermitente adecuado también puede ser beneficioso para manejar la resistencia a la insulina y aunque no se ha encontrado relación directa entre el hipotiroidismo y la diabetes, los estados con resistencia a la insulina pueden desarrollarla. Fuente 

Para finalizar, vale resaltar que el protocolo de ayuno que uno decide seguir será clave a la hora de influir o no en la tiroides.

Por ejemplo, si prácticas un ayuno intermitente con la intención de obtener sus beneficios, pero no bajar de peso, el protocolo de ayuno deberá realizarse sin un déficit calórico, entonces no necesariamente tendrá impacto en la producción de hormonas tiroideas. Esto no significa que no puedas practicar AI si ya tienen problemas de tiroides; hay personas para quienes es posible hacerlo, pero con el debido control médico.

Aquí vamos a retomar la idea de que es necesario seguir un protocolo de ayuno intermitente personalizado y bajo supervisión de un especialista, no todas las personas van a responder de la misma forma al ayuno intermitente y no todos los tipos de ayuno son aptos para todas las personas ni se pueden hacer en cualquier momento.


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