¿El Ayuno Intermitente causa reflujo, acidez estomacal o gastritis?

“¿El Ayuno Intermitente causa reflujo, acidez estomacal o gastritis?” es un interrogante que debe resolverse para evitar alejar a muchos de los beneficios a la salud del ayuno.

La práctica del ayuno intermitente está relacionada muchas veces con una serie de efectos secundarios, muchos de los cuales son mitos y surgen producto de la desinformación; otros son reales, pero se pueden evitar si el ayuno es realizado con un protocolo adecuado.

Entre esos posibles efectos secundarios del ayuno intermitente, la acidez o “gastritis” suele ser una de las consecuencias más comúnmente asociadas a esta forma de alimentación.

Pero ¿Qué tanto de verdad tiene esto? Es momento de averiguarlo…

Acidez Estomacal, Reflujo Ácido, Reflujo Gastroesofágico y Gastritis ¿Qué las provoca?

Aunque la sensación de acidez o malestar estomacal lo podamos relacionar fácilmente con reflujo y/o “gastritis”, lo cierto es que no todo es lo mismo; acidez estomacal, reflujo gastroesofágico y gastritis No son lo mismo.

Para entenderlo debemos saber cómo funciona nuestro organismo, veamos esto de una forma simplificada…

El estómago es un órgano muscular hueco. Toma la comida del esófago (garganta o tubo de alimentación), la bate y la rompe en pedazos más pequeños; eso se mezcla con enzimas y jugo gástrico ácido y se pre digiere para luego pasar al intestino delgado en pequeñas porciones.

La pared del estómago está formada por varias capas de membrana mucosa, tejido conectivo con vasos sanguíneos y nervios, y fibras musculares. Si se observa la membrana mucosa bajo un microscopio, se pueden ver muchas glándulas diminutas, hay tres tipos diferentes, las que producen enzimas digestivas, ácido clorhídrico, moco y bicarbonato.

El jugo gástrico se compone de enzimas digestivas, ácido clorhídrico y otras sustancias que son importantes para la absorción de nutrientes; se producen alrededor de 3 a 4 litros de jugo gástrico por día.

El ácido clorhídrico del jugo gástrico descompone los alimentos y las enzimas digestivas descomponen las proteínas. El jugo gástrico ácido también mata bacterias. El moco y el bicarbonato cubren la pared del estómago con una capa protectora y de esa forma asegura que la pared del estómago no se dañe con el ácido clorhídrico. Un sistema perfecto. Fuente

Otro dato relevante a tener en cuenta es que la velocidad de vaciado del estómago depende de la composición física y química de los alimentos. Los líquidos se vacían más rápidamente que los sólidos, los carbohidratos más rápidamente que las proteínas y las proteínas más rápidamente que las grasas. Fuente

¿Por qué tenemos acidez?

Ahora bien, si hay desajustes en ese complejo proceso que mencionamos, suceden los tan molestos problemas de acidez y sus derivados…

El reflujo de ácido es el flujo del ácido estomacal que retrocede al esófago, es decir, al tubo que conecta la garganta con el estómago; eso genera que sientas una sensación de ardor en el pecho (acidez estomacal).

Cuando el ácido del estómago regresa al esófago es porque el esfínter esofágico inferior (la válvula entre el estómago y el esófago) que permite que los alimentos y los líquidos pasen al estómago y luego evita que el contenido del estómago regrese al esófago, funciona mal.

Ese reflujo puede volverse frecuente, dos o más veces por semana y ya podríamos estar hablando de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), que puede incluir síntomas como regurgitar comida o un líquido agrio, dificultad para tragar, toser, sibilancia y dolor en el pecho, especialmente cuando estás acostado de noche.

Existe una fuerte asociación entre la ingesta de alimentos y la acidez estomacal, platos picantes pueden generar un ataque de acidez estomacal que puede durar varias horas, más aún si lo mezclas con grasa y si comes en exceso se estira el fondo gástrico y el esfínter esofágico inferior, lo que conduce al desarrollo y la progresión de la ERGE. Además, el estómago secreta más ácido después del consumo de alimentos y si ese consumo llena el estómago, se forma una bolsa de ácido y se asienta sobre la comida ingerida, justo debajo de la unión gastroesofágica. En los pacientes con ERGE, esta bolsa de ácido migra muy por encima de la unión gastroesofágica y conduce al desarrollo de acidez estomacal. En consecuencia, comer tarde en la noche y acostarse exacerba en gran medida los síntomas del reflujo ácido en los pacientes con ERGE. Fuente

Quienes tienen mayor riesgo de acidez estomacal son aquellos que fuman, quienes tienen obesidad, si estás embarazada o por el uso regular de AINE (medicamentos antiinflamatorios no esteroideos), como el ibuprofeno, etc.

Aunque la creencia es que esa acidez es “siempre” producto de un exceso de ácido, no es así. Puede suceder que los casos de reflujo ácido no se deban a demasiado ácido en el estómago, sino a muy poco, lo que se llama hipoclorhidria, cuando el cuerpo no puede producir suficiente ácido clorhídrico debido a problemas digestivos, falta de vitaminas o infección estomacal.

Aquí hablamos de que el ácido del estómago no es tan ácido como debería, el pH es de más de 3 puntos cuando lo ideal es que sea de 1 a 3.

Los síntomas de la hipoclorhidria son acidez, sentirse demasiado lleno después de las comidas regulares‌, indigestión, gas o flatulencia, hinchazón‌, estreñimiento, diarrea, dolor o ardor en la boca‌, malestar estomacal y calambres, alimentos no digeridos en las heces, náuseas.

Está condición puede deberse a qué la producción de ácido estomacal disminuye con la edad, también sucede que varias condiciones médicas (por ejemplo, función tiroidea baja, SIBO, fatiga suprarrenal) pueden interferir con la producción de ácido estomacal, deficiencia en hierro, el zinc y las vitaminas B son esenciales para mantener los niveles de ácido estomacal, estrés crónico, etc. Fuente

Por último, la gastritis, es un cuadro que ocurre cuando el revestimiento del estómago resulta hinchado o inflamado; puede durar sólo por un corto tiempo o puede perdurar durante meses o años (gastritis crónica).

Entre sus causas tenemos, consumo de ciertos medicamentos, como ácido acetilsalicílico (aspirina), ibuprofeno o naproxeno y otros fármacos similares, consumo excesivo de alcohol, infección del estómago con una bacteria llamada Helicobacter pylori, o causas menos frecuentes como trastornos autoinmunitarios (como anemia perniciosa por falta de vitamina B12), reflujo de bilis hacia el estómago (reflujo biliar), estrés extremo, infección viral. Fuente

El tema aquí es que ante la presencia de síntomas de acidez estomacal la respuesta simple pueden ser los antiácidos de venta libre o bloqueadores de ácido recetados, incluso hay personas para quienes es “normal” automedicarse con ellos.

Allí notamos el error, la falta de un estudio y diagnóstico adecuado lleva a tomar decisiones equivocadas sobre cómo proceder para evitarla e incluso lleva a identificar a prácticas como el ayuno intermitente, como la raíz del problema, cuando no necesariamente tiene que ser así…

Ayuno intermitente y Reflujo Ácido

Aunque en general la práctica del ayuno intermitente en personas sanas no ocasiona problemas de reflujo de ácido estomacal, puede suceder que se produzca como efecto secundario ya que el ayuno cambia el equilibrio de ácido en el estómago y eso puede provocarlo.

Sin embargo, hay que prestar atención a por qué pasa eso y ello depende tanto de la persona como del protocolo de ayuno que se realiza.

Si una persona cuenta con antecedentes de acidez estomacal y tiene una alimentación con exceso de grasas malas y productos ultra procesados y de repente comienza con un ayuno de 16 o 18 horas, hay probabilidades de que sufra de reflujo.

Pensemos cómo sucede…

Tenemos una ventana de alimentación de 8 horas por ejemplo, y en ese período comemos alimentos con exceso de carbos y en gran volumen, eso hace que el estómago se llene y no le damos tiempo para digerir, eso provoca que el ácido del estómago suba y de alguna manera presione la válvula que lleva esófago, provocando esa sensación de malestar, dolor, que se regrese la comida, entre otros síntomas generados por el ácido del estómago que sobrepasa la barrera.

Otro dato que considerar es evaluar las horas de ingesta, por lo mismo que mencionamos en líneas anteriores, si recurres a un protocolo de alimentación OMAD, de una comida al día, el volumen de comida que ingieras puede ser grande, y si tú cuerpo no está preparado para ese tipo de ayuno, puede ser contraproducente.

Caso distinto sería incorporar el ayuno intermitente de forma progresiva, permitiendo que el cuerpo se adapte y regule los niveles de ácido que produce, además de sumar los ajustes necesarios en la alimentación para que sea coherente con una vida saludable.

Así aprendemos a controlar la cantidad de alimentos que consumimos en las ventanas de alimentación sin provocar desbalances contraproducentes para el organismo.

Igualmente, es válido considerar la ventaja del Ayuno Intermitente para regular los momentos del día en que comes, ya que tú eliges cuándo se realiza la ventana de alimentación, siendo más recomendable hacer tu última comida del día lo más temprano posible, alrededor de las 7 de la noche, para dar tiempo al organismo que haga digestión antes de que el cuerpo esté en posición horizontal.

Estos son solo algunos detalles que se deben considerar y controlarse mucho más en caso de personas con antecedentes de reflujo y acidez estomacal.

El American Journal of Gastroenterology hizo un estudio para evaluar el impacto del ayuno intermitente en el tiempo de exposición al ácido esofágico (AET) y los síntomas de ERGE. En el mismo concluye que sus datos sugieren que el ayuno intermitente puede mejorar los síntomas tanto de la regurgitación como de la acidez estomacal, aunque se necesitarán ensayos controlados aleatorios con tamaños de muestra más grandes y tiempos de seguimiento más prolongados, para determinar si el ayuno intermitente tiene una función en el tratamiento no farmacológico de la ERGE.

Asimismo, es destacado el aporte del Houston Heartburn AND Reflux Center que indica que, durante el ayuno, aumenta la secreción estomacal de ghrelina, la hormona del hambre; un estudio ha demostrado que existe una relación inversa entre los niveles de ghrelina en la sangre y la acidez estomacal. Por lo tanto, el ayuno puede estar asociado con una mejoría de los síntomas de ERGE y menos eventos de reflujo ácido.

Sumado a ello, el ayuno disminuye el nivel de azúcar en la sangre; un nivel elevado de azúcar se asocia con un retraso en el vaciamiento gástrico, especialmente en pacientes diabéticos y el retraso en el vaciamiento gástrico aumenta la frecuencia y duración del reflujo ácido.

Por último, el ayuno disminuye la resistencia a la insulina y promueve la pérdida de peso, lo que en pacientes con ERGE con sobrepeso se asocia con una disminución de la acidez estomacal y el reflujo ácido.

Recordemos que el cuerpo funciona como un reloj, cada pieza es parte de un todo y para que ese todo funcione bien, cada pieza debe estar sana y funcionando como debe ser.

Para finalizar este post “¿El Ayuno Intermitente causa reflujo, acidez estomacal o gastritis?”, no está de más recordarte que lo ideal es que la práctica de ayuno intermitente sea guiada por una persona con conocimientos de la temática que pueda orientar una buena práctica y protocolo adecuado.

Asimismo, en caso de que el ayuno te genere incomodidad y/o malestar que afecte tu calidad de vida, no dudes en dejarlo, quizás no sea una práctica adecuada para ti.


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