Ayuno Intermitente y Menopausia

“Los años no vienen solos”, dice el dicho… Y en el caso de las mujeres, la llegada de la menopausia es inevitable. Si perteneces a ese grupo etario, este post “Ayuno Intermitente y Menopausia” te va a interesar.

Calores, sofocos, sudoración excesiva, fatiga, cambios de humor, caída de cabello, etc., son algunos síntomas que pueden presentarse y complicar un poco, o mucho, la vida de la mujer.

Igualmente, como es un proceso inevitable y natural en el cuerpo, lo mejor es concentrarse en mantener una muy buena calidad de vida y así contrarrestar o minimizar los efectos poco agradables de la menopausia.

Además, hay que saber aprovechar que no todas las mujeres sufren todos los síntomas y tampoco los síntomas se presentan de la misma manera, lo que puede ser usado a favor…

La actitud con la que uno elige llevar los años y el cuidado a nuestro cuerpo y mente, serán fundamentales para una vida más longeva y de calidad…

¿Qué es la Menopausia?

Llegar a la “mediana edad” muchas veces puede ser causa de la aparición de ciertos malestares “propios de los años”, síntomas que pueden estar relacionados con el envejecimiento y/o con la menopausia, en el caso de las mujeres.

Para ser claros, una mujer entra oficialmente en la menopausia luego de transcurridos 12 meses desde su última menstruación, todo lo que pase antes, es lo que se llama perimenopausia. Se dice que la menopausia solo dura un día.

La transición a la menopausia empieza entre los 45 y los 55 años. Por lo general, dura aproximadamente 7 años, pero puede durar hasta 14 años, en ese tiempo varía mucho la producción de estrógenos y progesterona, las hormonas que producen los ovarios.

Por otro lado, también existe la menopausia quirúrgica, que puede ser provocada por una histerectomía o la extirpación quirúrgica de los ovarios, por lo que se dejará de producir determinadas hormonas.

Entonces, es en la perimenopausia cuando la mujer comienza con síntomas no gratos, luego llega la menopausia, pero lejos de terminar ahí, será el momento de la postmenopausia, etapa en la que las mujeres son más propensas a enfermedades del corazón y osteoporosis.

Llegar hasta aquí en buen estado de salud física y mental, es todo un reto… Sí se puede, nada es imposible, solo necesitas disciplina para llevar una vida saludable en todos los aspectos.

Síntomas de la Perimenopausia

Cómo lo mencionamos, los síntomas de la menopausia son en realidad los de la perimenopausia; en este paso hacia la culminación de la edad reproductiva, muchas mujeres, no todas por suerte, experimentan una variedad de síntomas que se suceden a medida que sus hormonas van cambiando.

Todo comienza entre los 45 y 51 años, cuando los ciclos menstruales se vuelven irregulares ya que hay una disminución de la función ovárica, lo que a su vez genera alteraciones hormonales, entre ellas, los cambios en la producción de estrógeno, progesterona y testosterona.

Cuando los niveles de estrógeno se reducen durante la menopausia, los niveles de FSH y LH se incrementan; además, esa disminución tendrá impacto en el equilibrio necesario con la otra hormona sexual, la progesterona, generando un desbalance hormonal no favorable para la salud de nuestro cuerpo como lo mencionamos aquí.

Aunque los cambios en todas las hormonas impactan en la salud femenina, la importancia del estrógeno en la mujer es tal que, su menor disponibilidad, impacta en la calidad de vida y longevidad…

José Viña Ribes, doctor y catedrático de fisiología de la Universidad de Valencia, en un discurso de 2017 afirmaba que, para el caso de las mujeres, “llegan a vivir de media hasta 14 años más de vida que los hombres, pero no sólo en cantidad, sino en calidad. Algo que les aporta, de forma natural, sus hormonas naturales, los estrógenos.” (Fuente)

Según estudios, el nivel máximo de estrógenos en las mujeres se alcanza antes de los 30 años, disminuyendo hasta un 50% a los 50 años, con un descenso drástico después de la menopausia.

Todo ello resulta en un complejo cambio hormonal del que se derivan los diversos síntomas que mencionamos al comenzar este post.

Asimismo, esas variaciones en los niveles de estrógeno traen cambios en la salud pudiendo atacar al cuerpo en distintos frentes.

La piel es uno de ellos, los estrógenos han demostrado aumentar el colágeno, la elastina, la vascularización y el grosor de la piel; además, estimulan el folículo piloso en el cuero cabelludo y actúan como antioxidantes protegiendo del estrés y la inflamación. Si cae el nivel de estrógenos, va a tener impacto en la piel.

El estrógeno en conjunto con el calcio, la vitamina D y otros minerales ayudan a mantener los huesos fuertes; si los niveles de estrógeno son bajos, podrías sufrir disminución de la densidad ósea. Los huesos menos densos, hacen a las mujeres más vulnerables a fracturas.

El estrógeno regula el metabolismo de la glucosa y de los lípidos; niveles de estrógeno bajos, pueden provocar aumentos de peso.

Sumado a ello, el cuerpo comienza a usar la energía de forma diferente, las células grasas cambian y las mujeres pueden aumentar de peso más fácilmente. (Fuente)

El aumento de la grasa visceral facilita el desarrollo de insulinorresistencia y sus consecuencias clínicas como las alteraciones del metabolismo de los hidratos de carbono y la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y la dislipemia con el consiguiente aumento de riesgo cardiovascular, entre otras complicaciones. (Fuente)

Por otro lado, existen evidencias de que la disminución en la producción de estrógenos después de la menopausia está asociada con deterioro cognitivo.

Las hormonas sexuales, particularmente los estrógenos, poseen potentes propiedades antioxidantes… Ejercen efectos neuroprotectores y su pérdida durante el envejecimiento y la menopausia natural o quirúrgica se asocia con disfunción mitocondrial, neuroinflamación, deterioro sináptico, deterioro cognitivo y mayor riesgo de trastornos relacionados con la edad. (Fuente)

También es el estrógeno quien mantiene los niveles de colesterol bajo control, cuidando así de la circulación sanguínea y la presión arterial.

A cada uno de estos posibles efectos se suman los producidos por alteraciones en la progesterona, caso del insomnio, por ejemplo, que agrava la situación reduciendo la capacidad de sobrellevarlos debido a la falta de un buen descanso.

Ayuno intermitente, su aporte frente a los síntomas de la Perimenopausia

La deficiencia de hormonas producto del avance de la perimenopausia y sus sucesores, hace pensar que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) podría ser la solución, pero aunque se receta para casos especiales y en dosis muy bajas, la realidad es que estudios revelan que las mujeres que tomaban terapia hormonal combinada (estrógeno + progesterona) para la menopausia, tenían un mayor riesgo de cáncer de mama, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, coágulos sanguíneos e incontinencia urinaria. (Fuente)

Aquí tenemos que considerar que no hay un solo tipo de estrógeno, lo que hace aún más compleja la situación.

Dadas estás circunstancias, es buena idea recurrir a prácticas que minimicen los riesgos de enfermedades y deterioros producto de la edad, como alimentación saludable (reducir carbos y alimentos con alto índice glucémico), hacer ejercicio de forma habitual (de fuerza, el más recomendado), no consumir alcohol, ni fumar y cuidar el hígado.

A esas buenas prácticas también sumamos el ayuno intermitente, como una forma de colaborar en la prevención y en contrarrestar los efectos del paso de los años y los causados particularmente por las alteraciones hormonales propias de la perimenopausia, menopausia y postmenopausia.

Coherente con ello, el ayuno intermitente puede ser efectivo cuando hay un exceso de grasa visceral (con efectos negativos para la salud) producto de bajos niveles de estrógeno causados por la menopausia; encuentra más detalles aquí.

Relacionado con lo anterior, el hígado graso (dependiendo de su estadio) puede afectar tus niveles de hormonas femeninas, esto es ya que no se pueden metabolizar las hormonas, es decir, no se eliminan las hormonas que ya cumplieron su función, lo que lleva a acumularlas y producir desbalance hormonal.

En ambos casos, la flexibilidad metabólica que puedes lograr con el AI es una gran herramienta.

Ante situaciones de resistencia a la insulina, si la secreción de insulina no es suficiente (usualmente es la sensibilidad el problema no la secreción, solo en diabetes tipo 1 no se genera, en tipo 2 la sensibilidad es reducida) (o la hormona es poco efectiva), es probable que la producción de estrógeno y progesterona se desplome. Este es otro aspecto en que el ayuno puede hacer gran diferencia, conoce más aquí.

El AI igualmente puede apoyar la salud cognitiva especialmente relacionada con la edad, tengamos presente la importancia de la autofagia como una forma de prevenir la acumulación de células senescentes, además de sus efectos en la neurogénesis, en reducir el daño oxidativo y contribuir a un envejecimiento saludable.

Recuerda también el impacto del ayuno en la salud del corazón, su rol para mejorar los marcadores de inflamación, como estímulo para la secreción de la hormona del crecimiento, su contribución a la higiene del sueño, sus efectos positivos en la prevención de enfermedades que se producen con la edad y promoción de la longevidad.

Piensa en el Ayuno Intermitente como un aliado, con un protocolo adecuado, será una buena forma de poner límite al deterioro que traen los años.

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